
No sé por qué los venezolanos somos así. Bueno, creo que es algo muy propio de los latinoamericanos porque con todo esto de las redes y la posibilidad actual de que todas, absolutamente todas las voces sean escuchadas, me he dado cuenta que no es algo exclusivamente de nosotros los hijos de Bolívar.
¿A qué me refiero? A que nos encanta menospreciar lo que logramos. Los pasos que damos en positivo siempre tienen un “pero”, nada nos satisface. Somos incrédulos de nuestras capacidades y posibilidades. Con respecto a esto, el futbolista venezolano nos ha dado una cachetada tremenda, porque acostumbrados nosotros a los derroteros, ellos siempre nos han sabido dar un tortazo en la cara con su más que evidente progreso.
Cuando Tomás Rincón llegó a la Juventus, la alegría de todos no superó el antipático debate de que “ahora veamos cuánto va a jugar”, “llegó para que la Roma no se lo llevara”, “qué bolas, no pudo desbancar a un Khedira en media pierna” y cosas por el estilo. El paso corto de un venezolano por la plantilla de uno de los clubes más grandes del mundo hoy sigue siendo valorado con un “pero jugó poco”, antes de enorgullecernos con que alcanzó la élite. La alcanzó, amigos. No buscaron a otro buen jugador, buscaron al venezolano.
Llámenme conformista, mediocre o como quieran. Que Tomás Rincón haya llegado un invierno a reforzar a un club como la Juventus es algo que siempre sabré valorar, porque desde muy chamo me hacía ilusión que una institución fuera de nuestras fronteras, sea el país que fuera, se fijara en los nuestros. Y hoy es algo normal que eso pase. ¡No saben lo difícil que era que un jugador de aquí tan siquiera lo consideran en el extranjero!
El momento brillante de Yangel Herrera
Aclarado esto, es enorme la ilusión que me genera el hecho de que el nombre de Yangel Herrera sea sondeado por clubes importantes. Porque se lo merece, porque conozco desde cerca todo lo que ha hecho ése muchacho para llegar a donde está y porque tiene las condiciones, futbolísticas y mentales, para hacerlo. Estoy convencido (miren que es temerario hacer afirmaciones de supuestos) que llegará a lo más alto que se puede aspirar en el fútbol.
Ha cumplido todas las etapas, paso a paso, que un futbolista profesional promedio tiene que tomar para llegar a lo más alto. El mediocampista estuvo en la órbita de la selección absoluta desde el mismo momento que Rafael Dduamel asumió el cargo de seleccionador en 2016. Desde entonces dejó de ser “el futuro de la selección” para ser un grato presente. Es indiscutible en la Vinotinto y en su club, el Granada, la más grata sorpresa de la última temporada en la Primera División de España. Sí, en ése campeonato que todos se desviven por ver y seguir.
La Europa League, el gran premio de Yangel Herrera y Darwin Machís
Para mí, Herrera ya está en la élite. Que juegue en un equipo que no sea de los llamados “grandes”, es distinto. ¿Por qué? Posee una fortaleza física descomunal (con 22 años es un auténtico portento que supera los 1,84 metros de estatura), destaja seriedad y disciplina táctica y mental, se adapta a cualquier esquema de juego porque es rápido para el aprendizaje e interpretación de los métodos, asimila las ideas, tiene desparpajo, buena pegada con ambas piernas, precisión en el cabezazo, mismo nivel para el despliegue y ejecución de labores defensivas como ofensivas y un espíritu de superación inagotable, además de demostrar que puede ser un líder. Aparte, ha compartido camerino con figuras de la talla de Tomás Rincón, Salomón Rondón, David Villa, Patrick Vieira, Roberto Soldado, compañeros cuyas carreras se han desarrollado en el más alto nivel de importantes ligas del mundo.
Recuerdo lo que alguna vez me dijo el español Jordi García, su preparador físico cuando estuvo en Atlético Venezuela: “Es un tío fuera de lo común. Su exhibición física es de un futbolista completamente formado”, teniendo apenas 18 años en aquel entonces. Ya estaba por encima del nivel de los futbolistas de su edad y quedó evidenciado en el Mundial de Corea del Sur, ante el resto de los planteles de los países participantes.
Y es que desde los 17 años no ha parado. En el primer nivel desde esa edad, los compromisos con las distintas selecciones han impedido que Yangel pueda descansar, algo que creo pudo hacer durante la cuarentena y a pesar de haber sido infectado por el virus, nada hizo mella para que regresara del confinamiento al mejor nivel que ha mostrado en toda su carrera. La exhibición en el partido ante el Real Madrid ha sido el requisito indispensable para que el mundo confirmara lo que de él tanto se habla.
La opción del Valencia
Valencia, combustionado institucionalmente, parece ser el equipo que mayor interés ha mostrado por el chamo ficha del Manchester City. Hay que tener en cuenta que su agente es el ex futbolista del cuadro ché, Líbero Parri, por lo que el rumor podría ser algo más que eso. Independientemente de la situación actual del equipo del Turia, llegar al Valencia sería un paso adelante e importante en ese ascenso indetenible que va teniendo. De quedarse en Granada, la exposición internacional en Europa League también sería valorable en el proceso de crecimiento. Es decir, por donde se le vea no vislumbra un retroceso en lo que pueda venirle.
Con tantos focos puestos sobre él, Yangel mantiene la serenidad que demuestra desde que era muy chamito. Le incomodan las entrevistas, el protagonismo fuera del campo. De momento, disfruta en Ibiza unas merecidísimas vacaciones con su novia, con la discreción de siempre.
Va a llegar a la cúspide del fútbol un venezolano, le aseguro a usted. Se llama Yangel Herrera.