
Como casi siempre, hay argumentos para ver el vaso de la Vinotinto medio lleno y también medio vacío. Depende de cada uno tomar una u otra posición.
El triunfo, desde donde se quiera ver, traerá más viento a favor antes de que Ecuador visite el país dentro de cinco meses.
En medio de la euforia natural de un triunfo así, me quedo con la frase que citó Machís: “Ni ayer éramos los peores, ni hoy somos los mejores”. Si este equipo es capaz de ganar es por una sola razón: el talento y la convicción de sus jugadores y cuerpo técnico.

¿Cómo llegó Peseiro? En medio de una guerra interna en la FVF, sin ser resultado de ninguna planificación deportiva y rompiendo el estilo de los últimos entrenadores.
Sin ninguna preparación brillante para compensar, el equipo salió a competir como pudo.
Todo esto lo que hace es reivindicar a ese grupo de jugadores y entrenadores, quienes con casi todo en contra, lograron derrotar a Chile.
Su talento, su esfuerzo y lo que han podido trabajar. ¿Será suficiente para clasificar al Mundial? Como venezolano cruzo los dedos. Ojalá.