
La Vinotinto consiguió una victoria ante Chile que fue como hallar agua en el desierto. José Peseiro logró lo que ningún otro seleccionador patrio había podido. Venezuela defendió su localía ante los australes en un partido de Eliminatorias. Lo hizo de forma merecida, imponiendo su estrategia y aferrándose a picos individuales muy altos como el de Yangel Herrera, de partido bisagra.

La victoria, la primera del combinado nacional camino a Catar 2022, se fraguó a nueve minutos del final. Sí, el gol de Salomón Rondón, su número 31 con la camiseta patria, sirvió para vengar aquellos mazazos postreros de los Pinilla, Suazo, Mati Fernández, Aranguiz y compañía. Al Gladiador le sirvió para volver a anotar por Eliminatorias ante la misma víctima de su último grito. Caprichos del destino.
“Ha sido una victoria justa. En el primer tiempo comandamos el partido con balón. Fuimos más ofensivos como sabíamos que teníamos que serlo”, señaló el DT lusitano en la rueda de prensa post partido.
Venezuela llegaba al choque con 270 minutos sin batir las redes. La sequía empezaba a entorpecer el paso del conjunto nacional por ser una mochila muy cargada. Tocaba llamar a un Mago para cortar con el maleficio. Lo entendió bien Luis Del Pino, quien sacó chapa de su segundo apellido para abrochar un espléndido servicio de Herrera dentro del área chica, cuando corría apenas el minuto 9.

El tanto hizo cumplir la máxima del doble cabezazo en el área como desencadenante del grito sagrado. A su vez, reavivó el idilio de la Selección con la pelota quieta en su historial reciente de Eliminatorias. El compromiso ante los de Rueda sirvió para empezar a visualizar el “fútbol audaz” que pregona Peseiro. Pero además para empezar a delimitar esa columna vertebral que definirá el estilo de la Selección.
Los imprescindibles
De aquí en más, uno no puede imaginarse recitar un XI Vinotinto sin escuchar estos nombres: Wuilker Fariñez, porque tiene ángel bajo los tres palos, pese a no estar atravesando por su mejor momento. Yordan Osorio, el central con más recursos del país para ensayar un fútbol más ambicioso. Yangel Herrera, quien pintaba para ser el líder de la Vinotinto del futuro mucho antes de enterarnos que el futuro llegó. Salomón Rondón, porque ha sido, es y seguirá siendo por varios años el mejor centrodelantero que ha parido Venezuela, al margen de la liga de segundo orden en la que milita actualmente.

A este cuarteto, que se lució en la primera alegría del ciclo Peseiro, se le puede añadir un histórico y siempre fiable como Roberto Rosales o a un Machís/Soteldo por ser ese jugador que aporta el desequilibrio y la inspiración en el ataque.
Tras la derrota decorosa (1-0) ante Brasil en el Morumbí, a los patrios se les pedía dar un paso al frente en cuanto a la ofensiva. Los números refrendan un mayor atrevimiento. Si bien Chile monopolizó la pelota (65% de posesión), la Vinotinto contó con más y mejores ocasiones de cara a puerta (14 remates vs 11).

“La derrota de Brasil por la mínima le ha dado tiempo al equipo de desarrollar otras competencias ofensivas”, apuntó el debutante en la victoria Peseiro.
Mejoría paulatina
Con respecto a darle lugar a nuevas capacidades en ataque,Venezuela marcó una diferencia en mayor proporción con respecto a Chile en el apartado de ocasiones claras (4 vs 1). Una de esas chances fue la de Machís pisando el minuto 19. La jugada, malograda por Claudio Bravo, es un claro ejemplo de lo que persigue Peseiro: construir una escuadra peligrosa en las transiciones defensa-ataque. De otra jugada de pocos toques, Yangel transformó un balón largo desde el sector izquierdo en un pase gol maravilloso a Rondón. Pero, Salomón no hizo pie firme antes de rematar desviado.

Si bien no se dominó a placer a Chile como para lanzar campanas al vuelo, la Vinotinto jugó a lo que quiso. Mientras consolida las bases que le permitan en el futuro próximo jugar con más gente por delante de la línea del balón, la presentación hizo gala del equilibrio que defiende el seleccionador. Enfatiza la evolución del partido a partido.
El único asterisco estaría sobre el gol recibido, otra vez por la autopista que se crea en la banda izquierda: como ante Colombia (el primero), Paraguay o Brasil. Lo otro sería estrechar aún más el espacio entre centrales y volantes de marca. Un “gap” que dio alas a Alexis Sánchez para llevar la mayor parte del peligro de La Roja.

Con respecto a esto, Peseiro ha dicho: “Me gustaría defender y presionar más alto, pero falta tiempo para eso. Este es un equipo que tiene un compromiso defensivo muy alto. Queremos dar pasitos adelante, pero con equilibrio. No perder la cabeza como hicimos ante Colombia”, remarcó el estratega portugués, mandando un recado a quienes le preguntan por la posibilidad de juntar más elementos ofensivos.
Análisis muy interesante y con una escritura agraciada. Me gusta esa idea de crecer en ofensiva equilibradamente. De todas maneras, hay que pensar que el titular del canal izquierdo es Rolf Feltcher y con esa figura quizás se trabajarían los partidos con mayor tranquilidad