¿Dónde está el convencimiento de José Peseiro en sus ideas?

Sentíamos una satisfacción interna, previo a los partidos, porque se había contratado a un entrenador con una idea de juego en la que se podía adaptar a los jugadores venezolanos. En lo particular, dije en muchas entrevistas que José Peseiro no me convencería solo con palabras, sino con el tiempo, en la profundidad de sus ideas.
Los entrenadores hablan bonito siempre, pero la profundidad y el convencimiento de sus ideas se ve a través del tiempo y los resultados.
Hoy estoy muy preocupado. Pasaron las dos primeras jornadas de forma negativa. Uno “perdona” al entrenador por el poco tiempo de trabajo, debido a las dificultades de la pandemia, y entiende que los jugadores deben tener los funcionamientos claros para rendir al máximo donde, uno sabe, con el tiempo se conseguirá una idea clara, con los grandes futbolistas que tenemos hoy.

La mayor preocupación que tengo hoy y que tuve cuando lo anunciaron era si tenía un convencimiento en sus ideas. Hoy está cambiando. Cambia el discurso. Ahora viene la Venezuela del temor, nuevamente, desde la cabeza del entrenador. Y es algo preocupante.
Todo ocurre por no contar con un técnico venezolano que entienda el cambio que se logró desde el año 2000, cuando se superó la etapa de Cenicienta; que no conoció la importancia de Richard Páez, César Farías, incluso Noel Sanvicente y Rafael Dudamel, en la evolución vinotinto.
Es una persona que llega de paracaídas y, luego de dos resultados malos, empieza a perder la confianza en el jugador venezolano, a mirarlo por encima del hombro, al no tener el convencimiento en la idea.
Probablemente, con un equipo que conozca, mantiene la idea; pero al perder la confianza en sus jugadores empieza a recular. Es mi preocupación para estas dos fechas.

Independientemente de los rivales, hay que recordarle al señor Peseiro que en una época no muy lejana se perdieron partidos, con Argentina 5-0, pero jugando ofensivo; en Bolivia, en La Paz, otra goleada, pero nunca se perdió un convencimiento, porque la cabeza del grupo tenía una idea fija en levantar la camiseta nacional y al jugador venezolano. Tenía confianza en el jugador. Después llegó el cambio drástico, de la Cenicienta por la Vinotinto.
Ahora lo que veo es que, con mejores jugadores, con mejores escenarios que hace 20 años, ya la cabeza está perdiendo el convencimiento y la confianza. Allí aparece el gran signo de interrogación. Esperemos que lo recupere con resultados positivos. Que recupere sus ideas iniciales. No es tarea fácil el sueño mundialista si uno no tiene las ideas claras.
Está muy bien que haya traído un grupo de asistentes con los que se sienta cómodo, pero independientemente de ello necesita un asistente venezolano que haya formado parte de generaciones exitosas, bien sea de la de César o la de Rafael, si alguno se retiró ya y es entrenador, o de la de Richard Páez. Alguien dispuesto para ayudarlo. Se nota que necesita educarse un poco en quién es el jugador venezolano, de dónde viene. Eso le ayudaría a conocer más a sus jugadores para situaciones determinadas en los siguientes compromisos de unas competiciones tan difíciles como las Eliminatorias sudamericanas.
Es un grupo de mucha experiencia europea, pero que no tiene conocimiento sobre las Eliminatorias sudamericanas. Necesita alguien que le ayude.