
Según FIFA, en septiembre hay autorización para arrancar la Eliminatoria Conmebol. Entonces, respondida la pregunta. Gracias por su click y continúe en lo que andaba.
Pero ya está aquí y seguramente se pregunta lo mismo. ¿Estará Sudamérica preparada para recibir este torno? ¿Estarán abiertas las fronteras para recibir selecciones foráneas? ¿Los grandes equipos europeos cederán a los jugadores?
Acá ya entramos en debate, en conversación. No es tan seguro entonces que el premundial se reanude en septiembre, dentro de dos meses y algo. Empezando, por las realidades propias de cada país. En Uruguay y Paraguay, naciones con poblaciones pequeñas, parece controlado. En Perú, Chile o Brasil, por ejemplo, se desataron las cifras. Y Venezuela, empezó una fase de ascenso que preocupa.
Mientras, la Europa Central camina en otra dirección. Ya juega al fútbol, ha sacado campeones, ya terminó la Bundesliga y acá (no en Venezuela, en todo el vecindario Conmebol) no está claro el arranque. Nadie ha empezado su liga aún y pocos tienen algo de certeza para el retorno. Uruguay, Paraguay y si hay acuerdos publicitarios, Perú concentrando el balompié en Lima son los que parecieran tenerlo más claro: antes de agosto.
Usualmente, en estos casos, me acercó a Sabana Grande y pregunto, sobre cual temperatura hay al respecto. Pero, por la cuarentena, envíe varios mensajes, varios “faxes” como suelo comentar con amigos. Al menos desde esta ribera del Arauca vibrador, sienten que sería complicado reanudar las eliminatorias en 2020.
Y no tanto por Venezuela, por su localía. Es que, es sabido por todos, el peso político que tienen en Conmebol Brasil y Argentina, países que por cierto, no la están pasando bien controlando a ese virus, que es un azote global.
No me quedé con eso. Le pregunté a amigos que tengo dentro de las federaciones o cercanos a ellas en otros cuatro países y lo mismo: es muy difícil que el fútbol vuelva en las condiciones que exigía FIFA antes de la cuarentena.
Ya tenemos a la mano la mitad de las asociaciones pensando lo mismo. Entonces, ¿FIFA le pasó una “papa caliente” a Conmebol?

Y es muy desalmado armar una logística así en 60 días. Lo previo antes de cada partido tiene su arte: primero, semanas antes, van directivos a la ciudad donde jugará su selección. Evalúan hoteles, vialidad y canchas de entrenamiento, la más apta y la que sirva para jugar menos de “visitante”.
Pues esos “scouts de avanzada”, usando jerga beisbolera, no podrán viajar, es imposible. Los hoteles, no están operativos o bien, en muchos países son utilizados para aislar pacientes potencialmente infectados.
Y aparte, seguir el protocolo. Más autobuses para traslados, pues solo puede ir un jugador en par de puestos. Habitaciones individuales. Comidas supervisadas y separación correcta en el comedor, amén de la dotación de pruebas para el despistaje.
Si no hay flexibilización, los técnicos deben anunciar el 10 de agosto la lista de convocados (reservados, no corte final) del exterior y 10 días después, reconfirmarlos. Otra carrera contra reloj.
No está de más recordarlo: si hay eliminatoria en 2020, sería sin público.
Y todo esto contando con la buena voluntad de los grandes de Europa, que seguro no soltarán sus piezas.
“El deseo de todos es comenzar en el mes de septiembre, pero obviamente vamos a depender mucho del avance de soluciones e implementación de los protocolos exigidos en todas las áreas en cada país”, abrió el paraguas el director de competiciones de selecciones Conmebol, Hugo Figueredo, quien también deslizó que se manejan alternativas en caso de que la crisis no permita cumplir la idea casi utópica de FIFA.
“Es un torneo de la FIFA, pero nosotros creemos que ellos van a recapacitar sobre esta situación, que lo van a analizar. Hoy parece complicado poder jugar en esa fecha pero no por Sudamérica, porque posiblemente estemos bien, pero sí pensando en los viajes de los jugadores. Hoy FIFA lo mantiene pero iremos viendo qué pasa con el correr de los días”, ahondó más Gonzalo Belloso, secretario de Conmebol.
Mientras, en todo el continente se oyen reportes de cuarentenas flexibilizadas que se han vuelto a “endurecer” por irrespeto a las normas básicas de prevención. Pueblos en masa violando los protocolos. El virus se siente a sus anchas en la región.
¿Qué hacemos con la Eliminatoria Conmebol?
Decía mi abuela: “Guerra avisada, no mata soldado”. Dudo mucho que Conmebol rechace este formato de Eliminatoria, muchísimo más lucrativo que el anterior al de todos contra todos actual.
Hasta Estados Unidos 1994 la Eliminatoria de Conmebol se resolvía en dos meses. En el verano del año antes del mundial, se hacían dos grupos de cinco (algunas veces fueron tres grupos), jugaban entre sí los miembros del grupo y los primeros de cada llave, viajaban al Mundial. Cada país tenía dos o tres partidos de local, igual de visitante. Y se acabó.
Ahora, son nueve de local. Más de dos años de atención televisiva, mejores derechos por transmisión, mejores manejos de entradas. Al que se le ocurrió la idea de cambiar a formato liga para Francia 1998, hoy los directivos de Sudamérica deben rendirle tributo siempre.
Lo que ven los directivos de Conmebol es que hay una ventaja: Catar se jugaría en noviembre-diciembre de 2022. El repechaje para junio de ese año y se puede aprovechar el primer semestre. Un año y medio para reacomodar todo. Suponemos que hay un plan de emergencia ante cualquier escenario.
Por ejemplo, a UEFA se le ampliaron días a la ventanas o fechas FIFA para disputar tres partidos en vez de dos. A Europa le sirve, son distancias cortas. En Sudamérica, en principal reto son los largos trayectos.
Ante este panorama, Ricardo Gareca, DT de Perú se adelantó a todos. En mayo, pidió al gobierno peruano permitir el retorno a los entrenamientos de los futbolistas. ¿Su plan? Que no lo pillen desprevenido si es obligado jugar en septiembre u octubre, pero al haber limitaciones de viajes, tenga que echar mano del torneo local.
“Tenemos que estar preparados. Si la FIFA dice que hay que comenzar todo, Conmebol comenzará con las Eliminatorias y quizás tengamos problemas con los aviones (por los jugadores que militan en el exterior). Entonces tenemos que contar con los del torneo local. Si tenemos que jugar Eliminatorias con jugadores del torneo local, vamos a hacerlo”, dijo el “Tigre”.
Al mes siguiente, en Junio dejo claro que no eran palabras al viento: “He estado observando cerca de treinta jugadores del torneo local”.
César Farías, le siguió el paso. En declaraciones firmes, el venezolano que dirige la selección de Bolivia pidió al gobierno de ese país autorizar el trabajo de los futbolistas. Pero no con los clubes, sino con la “Verde”.
“Nosotros queremos jugar ya, porque si podemos encapsularnos (en La Paz) y prepararnos dos meses y los rivales tienen que venir de viaje, ese plan de jugar septiembre, octubre y noviembre lo queremos porque los rivales tendrán un desgaste. Entre ir y venir, son seis viajes que tendrán”, soltó el sucrense.
Farías, que tiene la “ventaja” de que la mayoría de los seleccionados son del torneo local, quiere emular a Xabier Azkargorta, quien aprovechó una huelga del torneo local en 1993 para concentrar la selección como un club. Resultado: Bolivia fue a Estados Unidos 1994, el último mundial al que ha asistido la selección del altiplano.
¿Y mientras tanto acá? El ambiente en el entorno criollo es de expectativa. El técnico que no se ha estrenado, José Peseiro, aún se aclimata al balompié criollo. Le ha tocado esperar. Observar. Conversar y volver a esperar. No le queda otra. Aunque, no estaría mal si va pensando un once con jugadores del patio o de países cercanos. Solo por si acaso.