jueves, diciembre 7, 2023
Análisis de la VinotintoLa Vinotinto

Buscando cordura en el manicomio

La Vinotinto
La Vinotinto
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Debuta la Vinotinto de Peseiro, un estreno que llega en la eliminatoria mundialista, y ojalá sea capaz de dar señales de cordura en el manicomio que ha sido nuestro fútbol en los últimos meses.

Son tiempos de camisa de fuerza.

Son tiempos en los que, después de haber renunciado a su cargo alegando razones de salud, un viejo presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), Laureano González, encabeza la junta interventora de la FIFA que promete traer el nacimiento de una nueva FVF. Su recuperación en tiempo récord podría ser el milagrito que le falta al doctor José Gregorio Hernández para que el Papa y el Vaticano lo declaren santo.

Son tiempos en los que un nuevo presidente de la FVF, Jesús Berardinelli, fue arrestado por graves acusaciones de corrupción y falleció por problemas respiratorios bajo custodia de las autoridades policiales. Nadie ha dado explicaciones. Muy pocos las piden.

Son también tiempos del renacimiento de deudas que nadie sabe cómo van a pagar.

Y no olvidemos que son tiempos de COVID-19, el virus que enloquece al mundo entero.

José Peseiro
José Peseiro. Foto de la FVF.

Dar certezas en medio de la incertidumbre, porque solo las certezas pueden ayudar a dejar atrás la locura, es objetivo de la selección nacional en los partidos frente a Colombia y Paraguay. Por lo pronto, José Peseiro ha mostrado sensatez. Ni una declaración altisonante, ni una polémica, ha lanzado a la calle el técnico portugués a pesar del demencial contexto en el que le ha tocado asumir el mando, que hacía que muchos temieran su huida cuando su nombre sonaba como “futurible” DT del Flamengo.

La propuesta futbolística de su versión de la Vinotinto está por verse, pero en principio todo apunta a que sería planteada sobre la base dejada por su antecesor, Rafael Dudamel.

Sin tiempo suficiente para trabajar en campo con los jugadores de la selección nacional, con apenas un par de entrenamientos encima, es difícil que el técnico lusitano vaya a patear la mesa para empezar a dibujar desde cero. ¿Problema de última hora? No hay muchos jugadores que hayan tenido en esa base la importancia de Salomón Rondón y Junior Moreno, dos bajas de mucho peso por culpa del coronavirus.

Tomás Rincón
Tomás Rincón, capitán de la Vinotinto.

Un eventual viraje sería abandonar la línea de tres volantes de primera línea que fue habitual en el ciclo de Dudamel en competición oficial para apostar por el dúo Tomás Rincón-Yangel Herrera, posibilidad asomada por el propio Peseiro y que el exarquero llegó a probar en sus últimos amistosos.

Ese movimiento abriría espacio a un creador, esa figura que Dudamel parecía ver con desconfianza, por lo que prefería entregarse de lleno al desborde de sus velocistas en las bandas.

De todos modos, especulamos. A estas alturas las únicas certezas son individuales.

Hablamos de futbolistas como Yangel Herrera, quien demuestra en su segunda temporada en España, con autoridad y con despliegue box-to-box, que es tan decisivo como prometía ser desde que era un adolescente; de jugadores desequilibrantes como Darwin Machís, Yeferson Soteldo (retrasos en los vuelos al margen) o Jefferson Savarino; del buen momento de Joel Graterol, que nos dice que la vida no empieza y acaba en el fantástico portero que es Wuilker Faríñez, relegado al banquillo en las primeras de cambio en Francia.

Jefferson Savarino
Jefferson Savarino.

Hacer que las certezas individuales tengan reflejo en certezas colectivas sería un éxito. Ello más allá de resultados, porque si bien la doble fecha premundialista pone en juego puntos claves en el arranque, con “rivales directos”, como solemos llamar a todo equipo que no se llame Brasil o Argentina a la hora de sacar cuentas con vistas a un cupo en Qatar-2022, este ciclo apenas comienza y habrá que tener calma en lo bueno y paciencia en lo malo.

Hace falta cordura, un poquito de cordura…

Ni Peseiro ni los futbolistas van a poder solos. Por mucho talento que haya (el talento es bastante abundante en la mayoría de las selecciones de Sudamérica, ¿eh?), sin respaldo extracancha, todo es cuesta arriba. Hay que cerrar de una vez por todas el manicomio.

Cuidado. La locura puede ser tan contagiosa como el nuevo coronavirus y, en ese caso, no hay tapabocas que valga.

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