No solo los seleccionadores esperan su pago: la crisis está en todos los niveles

Esta semana, el profesor Cristóbal Guerra volvió a remover el tema de la falta de pagos a los seleccionadores nacionales. Ni José Peseiro en la absoluta masculina, ni Pamela Conti en la femenina, y tampoco el despedido José Hernández (sub 20) han podido percibir la totalidad de su salario.
Pero no son solo ellos. También se suman decenas y decenas de asistentes y trabajadores de las selecciones.

El profesor Guerra explicó la situación de cada entrenador en su columna Camiseta Diez, en el diario Líder. “Con los tres directores técnicos en el mismo lado del río, solidarizados en su amargura y en sus horas de preocupación, en el desamor, el dragón hambriento vuelve a soltar fuego por su boca enorme y calcinante”, apunta el periodista.
“Los gritos de reclamo por sus labores como directores de maniobras sin reconocimiento están cerca de ser escuchados por la FIFA, y una desafiliación para el fútbol venezolano se oye en los pasillos del edificio en Zúrich”, recalca Guerra. Otra vez el fantasma de la desafiliación.
Las Eliminatorias, un bálsamo para la masculina… ¿y los demás?
No obstante, para unos la situación es peor que para otros. Una persona vinculada a los cuerpos técnicos señala que, en el caso del fútbol masculino, está el aliciente de haber disputado las Eliminatorias. Los viáticos ayudan en el día a día, aunque pese mucho más la falta de sueldos.

Pero el fútbol femenino, el juvenil y otras disciplinas regidas por la Federación Venezolana de Fútbol se quedan apartados, sin competiciones ni concentraciones. Solo la sub 20 pudo reunirse a fin de año, luego de la entrada del “Grupo de Valencia” que ayudó económicamente, con la condición de dejar a un lado a José Hernández para darle entrada a Martín Carrillo.
La Federación Venezolana de Fútbol, dirigida por una Junta Normalizadora encabezada por Laureano González, continúa intentando resolver. El 2020 fue difícil, no solo por la pandemia, sino por el cambio de seleccionador y los problemas con la presidencia -persecución judicial y muerte de Jesús Berardinelli-. Están de manos atadas, luego de años y años de desorden dirigencial. Hoy, las vacas flacas mugen de lamento.