
Transcurrieron 20 años desde el debut de Richard Páez como seleccionador absoluto de Venezuela. El merideño se estrenó en las Eliminatorias a Corea-Japón 2002 contra Argentina en Buenos Aires, con derrota 5-0.
Había llegado como sustituto del argentino José Omar Pastoriza, que no cosechó los mejores resultados en el Premundial pero que dejó su huella en el estímulo y el trato a los jugadores. Páez estuvo previamente dirigiendo a la sub 20 venezolana.
Ante Argentina en el Monumental, el 28 de marzo de 2001, formó con Rafael Dudamel; Luis Vallenilla, Wilfredo Alvarado, José Manuel Rey, Jorge “Zurdo” Rojas; Luis “Pájaro” Vera, José de Jesús “Chuy” Vera; Fernando de Ornelas, Gaby Urdaneta, Ricardo David Páez; Daniel “Cari Cari” Noriega.
Entraron Giovanny Pérez por Fernando de Ornelas al 52, Elvis Martínez por “Zurdo” Rojas al 65 y Miguel Mea Vitali por “Chuy” Vera al 73.
Argentina, con Marcelo Bielsa como DT, goleó con los tantos de Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, Juan Sebastián Verón, Marcelo Gallardo y Walter Samuel.
La Albiceleste formó con Germán Burgos; Nelson Vivas, Mauricio Pochettino, Walter Samuel, Juan Pablo Sorín; Diego Simeone, Marcelo Gallardo; Kily González, Juan Sebastián Verón, Ariel Ortega; Hernán Crespo.
Entró Javier Zanetti por Sorín al 62, Gustavo López por Ortega al 69 y Claudio “Piojo” López por Gallardo al 75.
La Vinotinto de Richard Páez y su evolución
Luego de esa derrota, Venezuela sumaría un 2-2 contra Colombia, cayendo luego en La Paz ante Bolivia 5-0. Hilaría una racha victoriosa que comenzó con el 2-0 sobre Uruguay en el “Pachencho” Romero de Maracaibo, el 2-0 sobre Chile en Santiago, el 3-0 sobre Perú y el 3-1 sobre Paraguay.
Por primera vez en la historia de las Eliminatorias, la Vinotinto no era última en la clasificación: el registro le tocó a Chile. Los criollos fueron novenos con 16 puntos, los australes últimos con 12.

Era el comienzo de una ilusionante era para Venezuela, fortalecida en el fútbol asociativo y ofensivo, que tuvo picos altísimos en el 0-3 sobre Uruguay en el Centenario de Montevideo en el camino a Alemania 2006.
Habla Richard Páez: “La Vinotinto se generó en base a la confianza, coherencia y resiliencia de un cuerpo técnico que trabajó en facilitar, conducir y potenciar a un plantel de jugadores talentosos, determinados y cognitivos, para jugar con irreverencia táctica y así cambiar la historia cenicienta”.