
“Perder así es muy jodido”. La frase le pertenece a Adalberto Peñaranda, lo dijo tras la derrota de Venezuela 3-0 frente a Chile en la jornada 12 de la eliminatoria al Mundial de Qatar 2022.
Y fácilmente puede resumir cómo han sido las caídas a lo largo del Premundial.
No importa si con José Peseiro con su esquema conservador o con Leo González un poco más atrevido en sus planteamientos, los juegos perdidos duelen demasiado por la forma.
Lo que si no cambió con ninguno de los dos técnicos son las fallas en la pelota detenida o errores infantiles que costaron goles.
Todas las derrotas duelen, pero cuando se dan como la del jueves en San Carlos de Apoquindo son más dolorosas aún.

Venezuela no se encontró en cancha. No hizo un buen partido. Es cierto ya en la tercera fecha, con pocos días descansos y no muchas rotaciones en el 11 el cansancio hizo mella.
Sucedió lo mismo en el mes de septiembre, contra Paraguay se notó a un equipo sin mayores ideas, producto de la fatiga acumulada y de jugar dos partidos con 10.
Cuando se midieron a los guaraníes y su ímpetu no hubo respuesta.
En esta ocasión, Chile envalentonado con el apoyo local, aprovechó dos errores en pelota detenida para marcar, 2-0 con dominio del juego. Luego en el complemento, una pérdida de balón y 3-0.
Lo bueno que se hizo en los 70 minutos contra Brasil y el planteamiento frente a Ecuador no se pudo repetir.
Hablando de derrotas jodidas está la de Perú, el error en salida de Mikel Villanueva y la expulsión de Tomás Rincón fueron amargas. Dolió más porque luego se crearon algunas ocasiones que de no haber sido por esas situaciones la historia pudo cambiar, pero no se sabrá.
También contra Paraguay como local, ni hablar del debut contra Colombia. En general ha sido una eliminatoria jodida.
Ay, la pelota detenida
Lo que en el ciclo de César Farías fue una fortaleza, ahora es una debilidad. Tanto en ataque como en defensa.
En la primera porque no se aprovecha y en la segunda porque la mayoría de las veces terminan en gol.
Así pasó con Brasil al inicio de la triple jornada. Por esa vía llegó el 1-1 y todo se vino al piso, porque la Canarinha le dio vuelta.

En la Copa América también fue una de las falencias e incluso viene desde antes del inicio de esta eliminatoria. Sin duda un punto que hay que trabajar.
Ahora quedará por ver qué va a pasar con el banquillo vinotinto. Si llega el tan “anhelado” entrenador extranjero o se le da la confianza a Leo González.
Cualquiera de las dos opciones será una decisión lógica si quieres que continúe hasta el 2026, de lo contrario es tiempo perdido.