Pékerman: Si era un extranjero, ninguno mejor que él

Venezuela tiene novia nueva. Aunque las últimas relaciones han sido tormentosas, la esperanza de encontrar el amor duradero y firme, aún persiste. El aficionado no se cierra nunca al amor a pesar de tantas desilusiones en ese aspecto. Y desde el 30 de noviembre, firmó un nuevo pacto con la pareja más glamorosa que ha tenido en su historia.

El argentino José Pékerman fue anunciado como nuevo seleccionador nacional y la reacción de todos ha sido de ilusión y satisfacción. El “por fin” se dejó colar entre los presentes en la sala de eventos del lujosísimo Hotel Rennaissance de La Castellana, un lugar cinco estrellas para un anuncio cinco estrellas. Por cierto: todos los que fuimos convocados debíamos asistir con “outfit” formal. Pantallas, sonido, ambientación, a la altura del hecho. Lejos quedó aquella presentación de Peseiro en un salón de reuniones con un backing arrugado a su espalda, donde la prensa amuñuñada en la sala había podido conversar previamente con el portugués que deambulaba completamente solo por los pasillos de aquel recinto. Son formas.

Luego de un período dramático de silencio federativo, en el que Leo González tuvo que hacerse cargo como apagafuegos de una selección en coma durante las eliminatorias mundialistas, tiempo en el que los rumores y la falta de pago de la deuda de José Peseiro colmaba el libro de reclamos de la afición para con la FVF.

Como una revancha, el presidente Jorge Giménez dio un golpe al mentón con una presentación de altos quilates, no solamente por lo que significa la figura de un técnico campeón del mundo en juveniles y que llevó a dos selecciones al mundial, sino además por quienes le van a acompañar en la labor: Fernando Batista, Leandro Cufré y Patricio Camps, nombres que antes solo se veían en los noticieros internacionales y que a partir de hoy se sentarán como cuerpo técnico local en los banquillos de los estadios de Venezuela.

Lo más curioso fue que, en plenos prolegómenos de la rueda de prensa, Peseiro colocaba un tuit informando que la FVF había saldado la deuda que sostenía con él. Como un caballero que siempre fue, el portugués incluso agradeció al ente y le deseó todo lo mejor en la solución de los males que aquejan al futbol nacional. Se le pagó el dinero que se le debía, pero quedó una deuda moral muy grande con un gentleman.

Volviendo a la presentación de Pékerman: más que la oficialización del vínculo, fue una especie de charla de esas que uno paga para escuchar a gente de experiencia en la Sala del BOD. Hizo un recorrido por su carrera, habló de experiencias, recordó nuestro pasado futbolero y dio clases de cómo se debe preguntar al periodismo. Una disertación rica en sabiduría que esperemos pueda ser puesta en práctica en su cargo.

Más allá de las críticas que de Colombia llueven sobre el nuevo mánager de selecciones de Venezuela, Pascual Lezcano, nada parece hacer sombra al hecho de que hoy por hoy Venezuela cuenta con el cuerpo técnico más aquilatado de su historia. Es imposible arrancarle a la gente la posibilidad de ilusionarse de nuevo y en eso tiene mucha responsabilidad la FVF. Pareciera que el sacrificio del tiempo “perdido” ha sido recompensado con tener a Pékerman para nosotros.

Las sensaciones son gratas y si un cambio real se da en el campo, seguramente será obligatorio por definición que la FVF pueda dar ese cambio estructural que ha venido anunciando la nueva directiva. Que no le falte nada a los técnicos argentinos para que trabajen será el reto gigante para el ente federativo.

Desde hace mucho tiempo (quienes me conocen, lo saben) mi criterio ha sido que si un extranjero se hacía cargo de la selección debía conocer muy bien la realidad de nuestro fútbol y todo lo que significa pelear con los monstruos continentales. Siempre consideré que José Pékerman, un gestor y ganador de selecciones absolutas y juveniles en dos países de Suramérica, nos conocía. Por eso, estoy más que complacido con su nombramiento.

Podemos ilusionarnos. Tenemos un nuevo amor.