Una historia de “Plástico”: Los rayos X del triunfo de Estudiantes en Libertadores

José Gregorio Rodríguez es merideño, de la ciudad de Mérida. De joven hizo inferiores en la ULA FC y llegó al primer equipo, siempre como portero. Uno de sus entrenadores, el recordado Mario Bosetti, le apodó “Plástico”, pues se parecía a un jugador espigado, del fútbol nacional pero de apellido Reyes.
Rodríguez luego pasó a la enseñanza de las artes de la portería. Manuel Plasencia le dio oportunidad hace ocho años para adiestrar cuidapalos y, salvo un par de ausencias, ha estado todo ese tiempo en Estudiantes de Mérida, más algunas participaciones en la Vinotinto sub-17.
Aunque Rodríguez asegura que es feliz siendo preparador de porteros y no tiene en mente en ser el entrenador principal, en las planillas oficiales, para la historia, aparecerá su nombre como el DT del juego en el que Estudiantes de Mérida le ganó a Alianza Lima (3-2) por la Copa Conmebol Libertadores, en uno de los triunfos más particulares de su historia.

Rodríguez, al igual que todo el staff técnico, preparó durante la larga cuarentena a Estudiantes, que cada día que pasaba, sabía que primero debía pelear en el terreno continental que en la Liga Futve.
También, tuvieron que trabajar con muchas indicaciones a distancia, ya que el “head coach”, Martín Brignani, se quedó atrapado en su Argentina natal, encerrado por las barreras fronterizas que provocó la pandemia.
“El partido lo preparamos normal, como siempre. Ya sabíamos cómo trabajaba el profe, él siempre supervisaba y estaba pendiente de todo. Y nos teníamos mucha fe”, empezó a contar para Idioma Futve.
Lo lógico, es que sin Brignani, su asistente y antiguo goleador de Estudiantes, José “Buda” Torrealba, se parara en la raya a girar instrucciones. De esas que manejaba el argentino y otras, de su conocimiento, en los sucesos improvisados del partido.
Un resultado para nada positivo
Pero a horas del partido, todo estaba por cambiar.
De todas las pruebas que envío Estudiantes a la capital (el único laboratorio autorizado por el gobierno está en Caracas), solo una regresó positiva: la de Torrealba.
Alguien tenía que dirigir: “Lo principal, lo deseado era que estuviera René (Maldonado), que es el segundo asistente, pero él no estaba registrado ante Conmebol. Al preparador físico lo expulsaron ante Nacional. En la lista seguía yo”, comentó Rodríguez.

El equipo intentó alguna excepción para Maldonado, pero Conmebol no fue flexible en tiempos de pandemia. No había de otra: “Plástico” sería el de los gritos al borde de cancha.
“La mortificación de nosotros era la salud de “Buda”, pero él nos tranquilizaba, decía que estaba bien. De resto, todos estábamos claros de como trabajaba el profe (Brignani). En eso estábamos tranquilos”, agregó.
Las reuniones por Zoom para planificar el juego siguieron. Ahora con “Buda” desde casa. En la concentración antes del juego, en el Hotel Venetur, el internet, dolor de cabeza nacional, no permitió que las palabras del DT, de motivación fueran a través de una proyección en una pantalla gigante. “Martín se dirigió a sus compañeros a través de una video-llamada de WhatApp, era lo que corría. Todos nos amontonamos alrededor de un teléfono y escuchamos sus consejos, sus órdenes y sus palabras motivacionales. Los jugadores, te digo, salieron convencidos”, recuerda “Plástico”.
Estudiantes preparó todo, pero…
Día de juego. Maldonado aprovechó que no hay restricción para entrar al camerino y ajustar detalles. Poco interviene Rodríguez, pero sabe que le tocará en el fragor de la batalla. El once estaba definido y había que salir a buscar los puntos. Ni Estudiantes ni Alianza habían cosechado unidades y del Metropolitano, el perdedor podría salir herido de muerte.
“La línea del profe era clara y marchaba bien: salir presionando al rival, obligarlo a cometer errores y no dejarlo salir tocando. Funcionó, porque los obligamos a lanzar, a saltarse líneas”, enfatizó con entusiasmo.
Estudiantes tuvo ocasiones y las falló. Alianza aparecía con timidez. De lo observado, Rodríguez pedía “juntar las líneas, estábamos siendo un poco verticales. Pedí juntarnos un poco y bajar la ansiedad. Había nervios”.
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En el primer tiempo, hubo algunas comunicaciones vía WhatsApp con “Buda” y Brignani. En Argentina y en Mérida repararon en un detalle: la transmisión del partido tenía casi un minuto de delay. Las ordenes no tendrían efecto inmediatista.
Descanso. Toma la batuta de nuevo Maldonado, quien tras contactos con Torrealba y Brignani, prepara la segunda etapa de la batalla. No puede estar en la cancha, pero sí merodear por el estadio. Se mete al vestuario. Era lo dicho por “Plástico”: juntar líneas, bajar los nervios, aprovechar las llegadas.
Pero el complemento no fue dulce. Alianza golpeó seguido, dos veces. Al rato, Ronaldo Rivas se lesiona del tobillo y debe salir obligado. Rodríguez debía actuar.
“Ronaldo no podía seguir y entró Manríquez, era posicional, era cantado. Pensamos que Christian Flores podía ir arriba por el mexicano (Luz Rodríguez), hacer de atacante. Y lo importante, mantener la actitud del equipo”, dijo.
La balanza se inclinó a favor
En efecto, un pase de Flores sirvió para que Edson Rivas (uno de los cuatro Rivas titulares) descontara. Se animaba la cosa.
“Por el delay, por cómo iba el partido de trepidante, a Martín (Brignani) le íbamos diciendo lo que íbamos a hacer. Era notificación más que consulta y estuvo de acuerdo en todo. Y salió”, explica el exguardavallas.
El autor del gol presenta un desgaste físico tremendo. Mira a “Plástico” y su cara dice que ya no puede más. Entró Wilson Mena, atacante corpulento y potente.
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“Fue determinante la actitud y la energía que dieron los cambios. Realmente fue clave”, confesó Rodríguez.
A los cuatro minutos del ingreso del colombiano, un milimétrico pase de Jesús “Chiky” Meza a Mena sirvió para que este empatara el partido. La cosa se puso buena.
“Estudiantes mantuvo la actitud, fuimos por todo”, acelera “Plástico”. De la insistencia nació el último y definitivo gol, el de José Rivas Gamboa, el único Rivas del partido que no tenía el Vielma de segundo apellido. Al 90+7 se selló un triunfo que revitaliza a Estudiantes en su grupo y que se gestó en un porcentaje, de forma virtual. Pero sin los que estuvieron en la raya, como “Plástico”, hubiese sido verdaderamente imposible.
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“Uy, después nos fuimos al camerino, a celebrar. Yo no estoy acostumbrado a hablar a la prensa y me dijeron que por obligación tenía que ir a declarar. No había periodistas, es todo virtual y les mandan las preguntas a un oficial que está ahí. Creo que lo hice bien, me defendí”, comenta con evidente alegría.

“Jamás había recibido tantos mensajes, llamadas, comentarios en redes. Fue una locura”, dijo Rodríguez.
¿Le sentó bien eso de ser DT de cabecera? “Pues fue una experiencia hermosa, pero yo disfruto mi rol. Quiero seguir siendo preparador de arqueros muchos años más. Ahora, lo que deseamos todos es que “Buda” se recupere rápido y que Martín consiga ese aventón con Nacional (partido de la semana que viene, los uruguayos le darían la “cola” en su vuelo chárter) para estar todos juntos y seguir luchando”.