
Partamos siempre de esta premisa: Venezuela partirá siempre en los sorteos de competiciones continentales de clubes, como el rival que todos quieren en su grupo. No en vano, ése sentimiento es avalado por los números, por la historia y por el juego. No tenemos ningún argumento para, en el papel, proponer una cosa diferente.
22 millones y medio de dólares se lleva el campeón de Libertadores, suficiente para acabar con los males económicos del fútbol rentado venezolano, pero esos tres millones que entran por estar en la fase de grupos, ya son un bálsamo tremendo. Sin embargo, siempre hemos insistido en dar el paso más adelante, en prepararse no solo para ganarse esa plata, sino competir. Y para ésta temporada tanto Táchira como La Guaira se prepararon para no solo considerar lo económico, sino también aspirar a algo deportivo.

El panorama no luce nada alentador, pero lo que viene será hermoso para la vista. Mucho dependerán las posibilidades de Táchira de sacarle provecho a su siempre legendario campo de Pueblo Nuevo. La estirpe copera del equipo de Tolisano siempre será un plus para enfrentar un escenario complicadísimo ante dos campeones de Libertadores como Olimpia e Inter de Porto Alegre. El favorito de la llave es, sin duda, el equipo de Río Grande do Sul con Paolo Guerrero a la cabeza, que hizo una gran campaña en el Brasileirao y sólo se desinfló al final para que Flamengo le quitara la corona. Olimpia, como Táchira, es un equipo copero, pero estoy seguro que el aurinegro venderá muy cara sus series contra el tricampeón paraguayo. De ahí partirá sus posibilidades para trascender.

Always Ready es un equipo poco conocido para nosotros pero tradicional en Bolivia. Juegan en El Alto, a casi 4 mil metros sobre el nivel del mar. Para Táchira será vital no dejar perder los tres puntos en casa contra ellos, si quiere aspirar a un posible segundo lugar. Está difícil, más no imposible clasificar como segundos.
En cambio, para La Guaira el panorama es realmente complicado. Su bolilla fue la última en salir en el sorteo, en un grupo donde la solera y el nombre de los rivales son más historia que actualidad. El Atlético Mineiro de Savarino parte como el coco del grupo, para luego Cerro Porteño y América de Cali de Joel Graterol buscar el segundo lugar. Sin embargo, La Guaira parte sin nada que perder y sí mucho que ganar, por lo que puede pescar en río revuelto si sabe defender la localía del Olímpico de la UCV. No es nada alentador su grupo, pero si le complica la vida a paraguayos y colombianos en casa, podría soñar con un segundo lugar. Lo más sensato es pensar que pueda seguir el camino de la Copa Sudamericana como tercero de grupo.
En la Copa Sudamericana, que estrena nuevo formato, la afrenta es mayor, pero de los cuatro equipos en competición continental, parece que Metropolitanos es el que no la tuvo tan fea. Athletico Paranaense se ha convertido en uno de los recientes animadores del Brasileirao, por lo que todos tendrán que batallar contra el favoritismo del dueño de la Arena da Baixada. Aucas de Ecuador y Melgar de Arequipa peruano son los otros dos rivales, cuya mayor fuerza es su localía en altura, pero habrá que ver si podrán jugar en sus estadios. Por el orden mostrado en su estreno, la continuidad de ideas y plantel, me parece que Metropolitanos no irá a pasear y podrá competir.

El Aragua si se tendrá que batir durísimo en un grupo con rivales de abolengo. El favoritismo lo lleva el que caiga eliminado en Libertadores entre Independiente del Valle y Gremio, pero también espera Lanús, un equipo que ya sabe lo que es ganar este torneo. También está La Equidad, un club institucionalmente muy fortalecido en Colombia y que viene sacando buenos registros en su torneo. Sin embargo, el equipo de Kike García dejó una gratísima impresión en la vuelta ante Mineros, demostrando que si se lo proponen, algo pueden escarbar en un grupo mortal.
¿Lo lindo de esta fiesta en la que somos los invitados pobres? Habrá fútbol del bueno en nuestro país. Lástima que la gente no se pueda acercar a los estadios, pero nuestros futbolistas tendrán una prueba que los hará crecer en experiencia.
Es hora de dejar de ser comparsas. Ante un panorama gris, confiamos en que asuman el deseo que todos los amantes del FUTVE queremos que se cumpla: que dejen el nombre del país en alto y compitan.