
En la mitología china, el Fucanglong o Fu-ts’ang-Lung es el dragón de los tesoros escondidos y un dragón del inframundo que guarda los tesoros enterrados, tanto naturales como artificiales.
Cuenta la leyenda que, este ser mitológico, de color dorado por la abundancia, emergía con las erupciones de los volcanes. Y ese era el momento de ir por los tesoros que resguarda con tanto celo.
China va a dejar de ser esa meca atractiva. El dragón dorado que atraía a futbolistas destacados de todo el mundo por el tesoro, perdón, por los buenos sueldos, por los momentos pasará a ser una anécdota.

A principio de año, la agencia de noticias oficial Xinhua, informó que los clubes de la CSL (Superliga China) tendrán que renegociar nuevos contratos con todos sus jugadores. “El punto de referencia no debería ser el gasto, sino la sostenibilidad”, dijo a AFP Liu Yi, secretario general de la federación china.
“El gasto de los clubes de la Superliga china (CSL) es casi diez veces mayor que el de la K-League de Corea del Sur y tres veces el de la J-League japonesa”, había asegurado Chen Xuyuan, presidente de la CFA. Y agregó que los resultados no eran los esperados ni su selección se había vuelto medianamente competitiva.
China, lejana en el ranking FIFA, para mejorar su imagen en el mundo, había convertido el fútbol en un asunto de estado, con escuelas, colocándolo como parte oficial del programa escolar y con construcción de canchas. Y claro, teniendo una liga con varias estrellas que debían ayudar el desarrollo del futbolista local. El plan no va bien.
Adiós liga de estrellas
Desde el 1 de enero, los jugadores extranjeros ya no pueden recibir más de tres millones de euros al año, mientras que la remuneración de los jugadores chinos se ha limitado a alrededor de 630.000 euros al año. Incumplir esto puede ser una condena al descenso.
Entonces, se cierra el grifo en China y eso espanta talentos. No solo jugadores que ya hicieron su fortuna y se van. También técnicos, como Rafa Benítez, del Dalian Pro y estratega del vinotinto Salomón Rondón.

Aunque el técnico español “toreó” hablar de esta situación e incluso metió al Covid-19 en el argumento (que en efecto ha golpeado los clubes chinos), anunció en sus redes sociales que se marchaba.
Después de Rafa Benítez, según Titan Sports, el siguiente paso de Dalian Pro es conseguir otro entrenador español pero seleccionará un entrenador chino como interino antes de que llegue el nuevo entrenador porque toma mucho tiempo para la visa y la cuarentena.
Según este medio chino “Ya no todo su personal está dispuesto a trabajar en una burbuja. Rafa no está contento con sus resultados en Dalian y tampoco pudo conseguir jugadores que desea para la nueva temporada debido a las nuevas reglas de la CFA.
El momento de volver a occidente
Es sabido que Salomón Rondón ató su destino a Asia por petición expresa de Benítez. Si bien la oferta económica era seductora, con el tiempo, se notó el tedio por la permanencia en este país, lejos de su familia y aparte, con la desazón de un equipo que terminó peleando descenso.
El ariete quedó muy golpeado por la burbuja que tuvo que vivir con el Dalian, aparte del rendimiento colectivo del equipo. Aprovechó el tiempo para estudiar a distancia en el Instituto Johan Cruyff, pero lejos de su familia.

“Salo” no ha dejado de coquetear en cada entrevista que puede con el Newcastle, con Málaga y hasta con Boca. Ya no le hacía gracia el tema chino. Y el punto que le colmó la paciencia, fue cuando por el tema de controles sanitarios, no pudo asistir a la primera doble fecha con la Vinotinto.
De hecho, Rondón aseguró la permanencia y no jugó otros partidos oficiales de liga, pero intrascendentes para el Dalian. Se marchó a Málaga (lugar de residencia) para luego jugar con Venezuela y luego volvió a España.
Con contrato vigente hasta diciembre de 2022 (según Transfermartk), Salomón pudiera encontrar la tormenta perfecta para forzar su salida de China y continuar sus últimos años de carrera en occidente. Con toda la incertidumbre que se teje alrededor (sin técnico, con límites salariales) pudiera negociar de buena forma su salida o una cesión.