
Clara y contundente. Así fue la derrota de Venezuela ante Colombia. Sin atenuantes, sin argumentos, la Vinotinto debutó en el premundial Qatar 2022 con una cara gris y mediocre, digna de su alter ego de “Cenicienta” durante el siglo XX.
Fue la prolongación del ciclo Dudamel en las manos de un seleccionador que debutaba sin prácticamente conocer a sus pupilos, con apenas dos días de entrenamientos y múltiples contrariedades producto de la pandemia que vivimos.
Fue el inicio de la eliminatoria, mas no el debut, de Jose Peseiro: el portugués, para no alterar demasiado los automatismos (inexistentes) de Venezuela, no se atrevió a mostrar su estilo, a proponer algo propio, en medio del enigma que comentábamos en días pasados.
Cierto que no es mucho lo que conocemos del entrenador. Sus números y sus métodos están allí, lejanos e inciertos, como lo mismo que había dejado Dudamel, ahora hasta relator televisivo de sus propias miserias.
Venezuela careció de orden, deslució en defensa, padeció en el mediocampo y no existió en ataque (herencia del ciclo anterior) pero también falló en lo individual y allí, ni Dudamel ni Peseiro tienen culpa. Algunos lo hicieron por sus simples limitaciones, otros por la inactividad o por falta de concentración y allí están las consecuencias: un 3-0 lapidario que urge olvidar.
Arriesgar
Urge porque, aunque la eliminatoria de Conmebol es una carrera de fondo, hay que sumar siempre, sobre todo en casa y ante rivales directos, como nuestro próximo rival, Paraguay. Con poco tiempo, porque el calendario aprieta, Peseiro debe corregir, ajustar y cambiar lo que necesite para mostrar una mejor en cara en Mérida; para debutar de verdad.
No vamos a entrar en valoraciones personales, ya sabemos quien quedó retratado en cada puesto y, sin embargo, le toca al luso hacer de psicólogo para no poner el dedo en la llaga y de técnico para revertir el entuerto; una tarea nada fácil.
La Paraguay actual no es Colombia, ni en estilo ni en nómina, pero eso no le resta calidad ni ambición, la misma que tiene Venezuela. Entonces, dependerá de quien llega más motivado y concentrado al coloso merideño.
La Vinotinto suma a quien, a mi juicio, es su mejor jugador en la actualidad: Yeferson Soteldo, una respuesta contundente ante el marasmo ofensivo del revés de Barranquilla. Ello le da opciones a Peseiro de mover ficha en Machís como delantero o hacer debutar a Eric Ramírez. También, la opción de José Martínez es importante, mientras que la defensa sigue siendo un rompecabezas (casi literal) ante la ausencia de Osorio, la lesión de Villanueva y los detalles del resto, al igual que la portería.
El choque del martes ante Paraguay es la primera prueba verdadera de Peseiro, pues un técnico de su calibre no se puede permitir perder tiempo y ceder ante los fantasmas del pasado. Esperemos que no desilusione y se atreva, así no gane. A veces es mejor perder que no arriesgar.