
La relación entre Juan Cochesa y mi padre, Miguel Acosta, venía desde hace muchos años atrás, desde los 80, cuando Cochesa era piloto y empresario y mi padre dirigía al Maracaibo FC en segunda división, luego primera. Había un vínculo de amistad ligado al fútbol.
En esa época Juan estaba muy unido al automovilismo, pero siempre se mantuvo cercano al fútbol amateur, dirigiéndolo, jugándolo, porque le gustaba. Como fue un hombre trabajador, pudo tener sus bienes, incluyendo unas haciendas. Mi papá, cuando tenía a los equipos en Maracaibo, se los llevaba a hacer pretemporada a las tierras de Juan.
Allí empieza a surgir la amistad entre ellos.
Luego Juan se empieza a involucrar fuertemente en el fútbol zuliano, de forma más directa, mucho más entregado. A finales de los 90, principios del 2000, cuando hubo un momento de vacío de fútbol profesional en Maracaibo, Juan empezó a trabajar en el fútbol amateur, de asociación.
Para ese momento Adelis Fusil era el presidente de la AFEZ. Nace la idea de intentar masificar al fútbol zuliano, a desarrollar jugadores desde el fútbol menor, sub 12, sub 14, sub 16. Juan, en ese momento trabajaba con el club La Rotaria, y el viejo Miguel hacía funciones como director deportivo en el Instituto Regional de Deportes del estado Zulia. Gracias a su amistad, impulsaron todo el proyecto.
Juntos desarrollaron a las selecciones estadales, con los Perozo, Chourio, Chirinos, Pedro Cordero, todos esos jugadores que luego se profesionalizaron en el fútbol. Gran parte de eso nació gracias a la conexión entre Juan Cochesa, Miguel Acosta y Adelis Fusil. Montaron nacionales juveniles en Maracaibo, fueron años muy buenos para masificar el fútbol zuliano. Jugadores de la región con poca posibilidad de ir a otros clubes del país pudieron establecerse con ese proceso, cuando llegó Zulianos FC con el profe César Farías. Allí se terminó de establecer ese bloque.
Influyó mucho en mi desarrollo como entrenador: me brindó espacios, pude ser su asistente. Uno agradece siempre esas posibilidades de haber trabajado en cancha. Yo arrancaba, era un chamo de 23, 24 años, y buscaba formación. Juan, junto con otros entrenadores, me permitieron desarrollarme en esta actividad. Fue un empuje importante.
Con Juan pude trabajar en las selecciones estadales sub 16, sub 18 y sub 20. Y luego, cuando él tenía el Deportivo Maracaibo.
Era un gran ser humano y una persona muy trabajadora. Cuando las cosas estaban difíciles en lo económico para los clubes aparecía Juan Cochesa, con su calidad humana, y resolvía muchas situaciones que debían resolverse en lo inmediato. No hay nada malo que se pueda decir de Juan.
Con él estaré siempre agradecido, como toda mi familia. Fue un baluarte en el desarrollo del fútbol zuliano, de esos héroes anónimos de los que siempre hablamos.