Daniel Arismendi: “La Copa América 2007 fue un paso muy grande para la Vinotinto”

“Negro, te quedan 20 minutos. Haz lo que tú sabes hacer. Hazme un gol y lo vienes a celebrar con tu gente”.
Al minuto 64, Richard Páez llamaba a Daniel “Cafú” Arismendi para que sustituyera a Fernando de Ornelas, con Venezuela ganando 1-0 a Perú gracias a un tanto de Alejandro Cichero, en el segundo duelo de la Copa América 2007.
Pueblo Nuevo era un hervidero, pero al minuto 79 se convirtió en un volcán.
“Cafú”, desde el mediocampo, se llevó un jugador, dos, y cuando el tercero apareció remató de derecha antes de llegar al área rival.
¡Golazo! Venezuela ganaba 2-0 y consolidaba su victoria, apenas la segunda en 40 años de torneos copamericanos.
“La Copa América fue un gran éxito, un paso muy grande para la Vinotinto”, recordó “Cafú” en entrevista con Idioma FutVE. “Hacerse conocer más de lo que venía haciéndolo, con las eliminatorias previas”.
“Para mí fue bastante fuerte, porque me tuve que ganar un puesto donde había muy buenos jugadores, muy buenos delanteros. Pero yo confié en mi trabajo, mi experiencia, mis goles y la fe. El apoyo de mi familia, de mi chamo, de mis padres, fue clave”.
A encender motores en la Copa América
Luego del empate a dos con Bolivia en el debut, donde la presión por ser locales siempre estuvo, en el duelo contra Perú buscaban el triunfo sí o sí.
Llegó el día: 30 de junio de 2007.
“Una expectativa muy grande. Siempre fuimos positivos. Richard estuvo hablándonos, motivándonos. Tuvimos al psicólogo también. Cada uno de nosotros dándonos apoyo. Gracias a Dios ese día sacamos un buen resultado con un excelente partido frente a una gran Perú”, apuntó el cumanés.
“Sabía que llegaría la oportunidad y la aprovecharía. Richard me llama y me dice ‘Negro, te quedan 20 minutos. Haz lo que tú sabes hacer. Hazme un gol y lo vienes a celebrar con tu gente’. Y una confianza así fue la mejor aliada para que las cosas salieran bien”, recordó.
Al marcar, realizó su festejo tradicional con la ropa interior azul de su hijo, tal y como lo había hecho en duelos con el Unión Atlético Maracaibo.
“Ya eso era lo primero, estaba guardado entre la licra y el short”, ríe Arismendi. “También había hablado con el preparador físico y el de arqueros y les dije ‘Espérenme aquí, que ya vengo a celebrar el gol con ustedes’. Dios me dio esa bendición y le pude dar una alegría a mi familia, a la selección y al país”.
Un equipo carismático y talentoso, según Daniel Arismendi
¿Cuál era la marca registrada de ese equipo de Richard Páez?
“El carisma, el compañerismo, el apoyo, el estar unidos siempre, en las buenas y en las malas. Nadie se creía más que el otro, todos tirábamos hacia adelante, y esa era la fuerza y la iluminación que tenía esa selección”.
“Más el talento de cada jugador”, agrega. “Contra eso nadie podía. Lo demostrábamos en cada partido, con resultados positivos. Alguna derrota, algún empate, pero permanecimos unidos en las buenas y en las malas”.