
En su segundo partido oficial del año, la versión “Salserín” del Caracas FC ya muestra avances significativos. Con aplomo, pero con algunas deudas, el cuadro rojo logra avanzar de fase en la Copa Libertadores y ahora se estaciona en la segunda etapa previa a la ansiada zona de grupos.
Siendo honestos, el rival no era de gran monta. La Universidad César Vallejo de Perú se vio siempre por debajo de los colorados, aún en el atascado partido de ida como de forma evidente en el de vuelta.
Sin embargo, Caracas sacó con entereza el resultado (2-0) para cumplir el primer objetivo del año: avanzar de ronda en Libertadores y abonar 850.000 dólares a la institución.
Los rojos mejoraron en varios aspectos: mejor juego colectivo, contragolpes vertiginosos y bien coordinados y un bloque defensivo que mantuvo a raya a un rival con poca pólvora. Se puede señalar que se desperdiciaron unas cuantas oportunidades más que cantadas que un rival con alguito más de renombre que la UCV peruana, no perdonaría.

Del cotejo, llama la atención el aplomo y manejo de los tiempos de Jorge Echeverría. Quedará abierta la pregunta sobre qué hubiese pasado si se hubiese quedado el partido completo. Con banda de capitán puesta a sus 21 años, cobró con frialdad el penal que abrió el camino del triunfo y en lo que estuvo en la cancha, lo manejo sereno, tranquilo. Fue un buen manejador del partido y del ánimo del equipo.
Donde lo ven a este chamo, va por su tercer año consecutivo en competiciones continentales (debutando casualmente ante un peruano, Melgar) y su cuarto torneo Conmebol, si empalmamos la Libertadores y Sudamericana que jugó el avileño el mismo 2020.
Es la actual política del club. Si se ve la foto del Caracas campeón de 2019, hoy faltan tipos de jerarquía y liderazgo comprobado como Robert Hernández, Rubert Quijada, Alain Baroja… jugadores con horas de vuelo y experiencia en diversos tipos de batallas.
Pero esta versión, posiblemente una de las más jóvenes que se recuerde, se va cocinando a fuego lento. Ha dado fruto incorporar tan temprano, por ejemplo, a Echeverría en el ambiente internacional. Hoy, sin otros chamos, como Anderson Contreras o Saúl Guarirapa, avanzan sin contratiempos.
Siempre los chamos
Eran otros tiempos en la anterior etapa de Noel Sanvicente en Caracas. Para que un juvenil se colara en el mar de talentos del primer equipo, debía ser realmente bueno. Caracas llegó a tener a la mitad de la Vinotinto titular en sus filas. Sin embargo, con “Chita”, siempre se contó con los elementos que venían de las inferiores y estos, aprovechaban para mostrar su hambre de triunfo.
Un caso icónico es el de la final de 2007 contra Unión Atlético Maracaibo, que se mezcló con la llave de octavos de Copa Libertadores ante Santos. La ida, en Maracaibo, se le dio la oportunidad al joven talento Ronald Vargas, que respondió con el gol que determinó la serie. En el Brígido Iriarte, cerraron 0-0.
🔥🇻🇪 ¡A la Fase 2! @Caracas_FC venció 2⃣-0⃣ a @clubucv en Venezuela y logró su pasaje a la próxima instancia de la CONMEBOL #Libertadores 2021. @FutbolSantander pic.twitter.com/GX6Hd4AdQT
— CONMEBOL Libertadores (@Libertadores) March 4, 2021
Con la experiencia reciente y una media de edad baja, Caracas en pocos días vuelve a ruedo continental contra Junior (miércoles 10), un rival con más quilates que el cuadro poeta de Perú.
No llega bien. Desde que se lesionó Miguel Borja (goleador del Atlético Nacional y compañero del “Lobo” Guerra en esa Libertadores inolvidable de 2016) el equipo de Barranquilla suma un triunfo en cinco salidas. El criollo Luis “Cariaco” González viene saliendo de una fractura en el quinto metartasiano.
Sin embargo, con figuras como Teófilo Gutiérrez, tocará emplearse a fondo. Van contra tipos con maña, experiencia, recorrido. La prueba para estos chamos estará en la UCV y en el Metropolitano de Barranquilla. Irán macerando su carácter y juego. Pero también estarán acompañados de un técnico copero que los puede seguir guiando por buen camino.