
Richard Celis está desarrollando una temporada de ensueño. Con seis goles, es líder anotador en el futve, guiando al Caracas FC a la cima del grupo C. Además, fue convocado en la lista previa para la Copa América, con la posibilidad de ir también a los partidos de Eliminatorias contra Bolivia y Uruguay.
Celis (Maracaibo, 1996) es un delantero con mucha movilidad, desequilibrio e irreverencia. En el frente de ataque es la garantía de gol del Caracas de Noel Sanvicente. En su primera campaña con el Rojo anotó 11 goles, cinco en la segunda y ya tiene seis en la tercera. Por la previa de Libertadores en 2021 marcó un tanto en tres cotejos.

Tras explotar en la escuela local UFA y con Fundauam, viajó a la capital venezolana para debutar con el Atlético Venezuela. Tenía apenas 17 años. Luego regresó a Maracaibo, donde bajo el mando de su mentor, Frank Flores, brilló con el Deportivo JBL, desde la tercera división hasta la primera.
El artillero conversó con Idioma Futve sobre sus orígenes, su presente y sus expectativas.
“Estoy disfrutando el momento que estoy viviendo”, indicó Celis. “Me siento contento por el equipo, por el trabajo que se está haciendo en el ataque y en la defensa. Es un excelente trabajo, por eso estamos en la cima”.
—¿Cómo vive su convocatoria a la lista previa de la Vinotinto?
—No podía creer que estaba. He trabajado mucho para alcanzar ese sueño, y gracias a Dios se puede hacer realidad. Quiero debutar con la selección absoluta. No tengo palabras para definir esto, solo debo disfrutar el momento que vivo. Para eso trabajo.
—Noel Sanvicente ha contado con delanteros zulianos tanto en su época reciente en el Caracas como con el Zamora. ¿Cómo es la relación del DT con usted?

—Es muy buena, una comunicación constante. Tanto en el entrenamiento como en los viajes y en las concentraciones siempre hablamos, me echa broma. En la parte futbolística he aprendido muchísimo. Es el técnico más ganador de la historia del fútbol venezolano, y si no aprendo con él, ¿con quién lo voy a hacer? Siempre me aconseja cómo mejorar, porque sabe que tengo potencial. A la semana de haber llegado al Caracas me dijo que viera cuántos jugadores han estado con él y salieron al fútbol internacional dando de qué hablar. No es que llegan y luego se devuelven, sino que siguen destacando. Si uno va por el camino correcto, llegará lejos.
—¿Cómo ha cambiado su estilo con Sanvicente?
—El trabajo físico es muy importante. Pienso que he mejorado en el ida y vuelta, físicamente me siento súper bien. Yo no era un jugador de hacer 10 kilómetros por partido, y ahora lo soy. Todo esto te va potenciando. “Chita” me dijo: “Si quieres llegar a la selección, mira los números de los jugadores que están siempre. Son futbolistas que se sacrifican para ganar ‘un palo’, ‘dos palos’ de dólares al año, y todo con el recorrido, con la potencia física. Si tú quieres lograr eso, tienes que estar en el mismo nivel o ser mejores que ellos”. Agradezco la confianza que me da.
—¿Cómo fueron sus orígenes en Maracaibo?
—Yo soy el barrio Primero de Agosto, cerca de los bloques de Raúl Leoni. Allí hay una escuela que se llama UFA, Unión de Futbolistas Asociados, donde di mis primeros pasos, disputando torneos nacionales y regionales. Ganamos el campeonato de la asociación, representamos al estado en la Copa Maltín Polar en Caracas, fuimos campeones en la sub 14… Después pasé a las categorías menores del Unión Atlético Maracaibo, donde coincidí con Andrés Ponce y Gianluigi Di Martino. Imagínate lo que significaba llegar al UAM, con ese poco de cracks en el primer equipo.
—En esas categorías menores del UAM el DT era Frank Flores, que luego lo dirigiría en JBL…
—Es mi padre futbolístico, siempre se lo he dicho. En el UAM soñábamos con llegar lejos, pero luego aparecieron las deudas, el equipo desaparece y pasa a ser Fundauam. Cuando quería salir en tercera división, no lo dejaron, incluso iba a salir como Deportivo Maracaibo, pero por la demanda ante la FIFA nada de eso se pudo hacer. Allí es cuando aparecen los inversionistas colombianos en JBL, y como quedaban pocas semanas para comenzar el torneo en tercera nos llamaron a un grupo de Fundauam. En tercera división me vio el profesor Miguel Vásquez, que había sido asistente de Lino Alonso y me ofreció para probarme con Atlético Venezuela y Caracas FC. Le pedí permiso a mi mamá y me fui a la capital.
—Usted debuta en el profesionalismo con Atlético Venezuela, un caso curioso para un zuliano…

—Sí, así se dieron las cosas. En los primeros entrenamientos me fue muy bien, me vio el técnico José Hernández y me preguntó “Mira, ¿tú eres el maracuchito? Vente tal día y tal hora”, y cuando fui trabajamos con el primer equipo, siendo yo uno de los juveniles. Al quedar en Atlético Venezuela no fui a entrenar al Caracas. Me dieron hospedaje en la Casa Club, pero aunque debuté con el primer equipo, al final quedaría en la sub 20. Tuve problemas con el entrenador de esa categoría y no me dieron contrato como profesional. Agarré mis cosas y decidí devolverme a Maracaibo, luego de conversar con Frank Flores, que estaba dirigiendo con JBL.
—Tuvo grandes presentaciones con JBL, y todo gracias a la confianza de Flores. ¿Cuál fue la clave para su explosión en el equipo?
Secuencia de la celebración de Celis tras su gol en el JBL 3-1 Carabobo. Fotos Enrique Rivas / @diariopanorama pic.twitter.com/lQntmAGIXj
— Humberto Perozo Suárez (@kikoperozo) February 18, 2016
—La confianza de Frank, todo lo que generó en mi juventud para darme a conocer a nivel profesional. Hicimos un buen papel en tercera, subimos a segunda y él me dijo “Mira, yo creo que seas mi delantero”. Quedé líder goleador, y cuando ascendimos a primera decidió darme la 9. Todo lo que soy hoy se lo debo a Dios y a Frank Flores, por la confianza que siempre me brindó.
—Estuvo un par de temporadas en el fútbol eslovaco, con el Senica. ¿Cómo evalúa esa experiencia?

—Como un paso agridulce. Agrio por cómo se desenvolvió el torneo. No recibí los papeles a tiempo, no pude jugar todo lo que quise (NDR: no anotó gol en 14 partidos, en dos temporadas), no me pude mostrar completamente, aunque venía de hacer una excelente temporada en Venezuela. Me perdí muchos partidos.
Pero dulce, porque aprendí a valorar al fútbol y todo lo que le rodea, a verlo desde otro punto de vista. En Europa vi cómo se debe preparar a un jugador para que rinda en el campo, cómo debe ser la alimentación. Uno en Venezuela piensa que al marcar dos goles en un juego ya es un fenómeno, y no es así. Para estar en una liga top y en una selección hay que prepararse bien, entrenar, comer bien. Incluso aprender otros idiomas.
Allí es donde me di cuenta de que, al no aprender inglés, no podía comunicarme. Un deportista tiene que aprender otros idiomas, si quiere triunfar en el exterior. Es fundamental. A veces a uno los padres le decían “Aprende inglés”, y uno lo tomaba en serio. En ese momento, cuando no me podía comunicar con otras personas, aprendí que era cierto.
—¿A qué jugadores admira, en el fútbol nacional e internacional?
—De Venezuela admiro a Josef Martínez. En el exterior, a Cristiano Ronaldo y a Neymar, desde que yo era un niño. Me gustan sus estilos, encaradores, valientes, con regate, siempre hacia el frente. Yo intento jugar de esa manera. Me fijo mucho en ellos.
—¿Cuál es su objetivo a corto y mediano plazo? ¿Tiene una liga en especial en la que le gustaría jugar?
—Siempre he tenido claro que quiero ir al exterior, jugar en Europa. Decirte en qué liga en particular, siempre me ha gustado la española, siento que me adaptaría muy bien al fútbol español. Pero Dios y el destino son los que deciden. Yo estoy tranquilo en Caracas, me siento bien, pero le he comentado a mi representante que quiero ver ofertas del exterior. En esta temporada estuve cerca de irme a Bolivia o a la MLS, y nada se dio. Yo estoy tranquilo, sé que tarde o temprano voy a salir. Mientras, sigo cumpliendo mi sueño de estar en el equipo más ganador de Venezuela, de haber ganado una estrella en mi primera temporada en el club. Y ahora, estar en un módulo de la selección: quiero jugar Eliminatorias y Copa América, trabajaré para eso. Doy gracias a Dios por todo lo que estoy viviendo.