
Pocos conocen que el mítico arquero español Ricardo “El Divino” Zamora estuvo dirigiendo en Venezuela, luego de las guerras sufridas en Europa. Zamora, leyenda del Real Madrid y el Espanyol, dejó un legado tan grande que en 1959 el diario Marca instauró el premio “Zamora” al mejor arquero de La Liga española de cada temporada, galardón que tiene visos de oficialidad por su trayectoria y prestigio.
Zamora, entre 1952 y 1953 estuvo en Venezuela. Su misión era armar una selección de criollos y dirigirlos, pero también hizo dinero dirigiendo a La Salle, colegio de la capital que militaba en la entonces liga de fútbol, antes de la profesionalización. En 1952 salió campeón.
Sin embargo, también trabajaba con todo el colegio de alguna manera. Y tocó a un jovencito futbolista de apellido Arocha, que apenas cruzaba los diez años de edad.

“Después de pasearme por todas las posiciones del campo, tener a esa leyenda cerca, verlo atajar aún, me inspiró a ser arquero. Fue lo mejor que me pasó”, nos contó en una entrevista para el Diario Meridiano en 2012.
“Nadie me cree cuando lo cuento, pero para mí era como un Dios, era extraordinario verlo en labores. Ese señor me enseñó a atajar a mí”, dijo con mucho orgullo.
Lo primero que sorprendió cuando se conversó con él, fue que no se llamaba Jhonny. Juan Carlos Arocha, nació en Santa Cruz de Tenerife en 1943 y se vino a Venezuela cuando apenas tenía año y medio de vida. ‘Jhonny’ era mi nombre artístico, en aquella época, era normal que los artistas se colocaran nombres americanizados y ese era el mío”, reveló.
Jhonny, padre del futbolista Rubén Arocha y también del pelotero Juan Carlos, el campeón de karate, Daniel y la gimnasta Ivette (aparte que su esposa fue patinadora artística), era un habitual de las tribunas de los estadios caraqueños, jugara quien jugara. No reparaba para regalar alguna anécdota y su blanca cabellera se podía distinguir a varios metros.
En su sangre traía la vena del fútbol, pues nos aseguró que su abuelo fue Ángel Arocha, un delantero muy apreciado por la historia del Barcelona por su gran capacidad de hacer goles, marcó 236 goles en 240 partidos jugados.
De los primeros goleros vinotinto
Con la bendición del “Divino”, el joven Arocha se enroló en el UD Canarias, con quien estuvo siete años y quedó campeón en 1968. Fue uno de los primeros en defender la valla criolla en un premundial (lo hizo al tercer partido de la eliminatoria de 1965 para Inglaterra 66, luego de que los dos primeros los cubriera Felipe Mirabal) y también participó en la Copa América de 1967.
“Te confieso algo, con la selección viví muy buenos momentos, pero disfruto más los resultados de ahora”, dijo en aquella entrevista.

Su carrera pasó por Deportivo Portugués, algunos partidos con el Tenerife español, Portuguesa y Tiquire Flores de Aragua. Ahí hizo un trasvase de conocimientos.
“Recuerdo un joven muy bueno. Lo ayudé con lo que había aprendido. Su nombre: Vicente Vega”, rememoró con orgullo sobre otro mítico golero, padre de Renny Vega, otro cuidapalos de leyenda.
Cuando colgó los guantes, se dedicó a la ingeniería e hizo un post grado en Estados Unidos. Se dedicó a negocios familiares, pero nunca dejó el fútbol, vinculado como dirigente, entrenador, promotor y entusiasta. En enero de 2013, tras batallar contra el cáncer, Arocha, el que tuvo el toque de “El Divino”, partió de este mundo y dejó un vacío enorme en las conversaciones domingueras de las gradas de la capital.