
Hace una semana Gabriel Cichero anunció su retiro como jugador activo, luego que en los últimos años militara en equipos de la Tercera División de España.
Con 36 años, tuvo una larga carrera en la que combinó pases por Venezuela y el fútbol extranjero. Además durante muchos años resolvió un dolor de cabeza en la Vinotinto: el lateral izquierdo.
Después de él, surgió un vacío en ese carril que ha costado llenar. Poner a Roberto Rosales de pierna cambiada solucionó el problema por momentos. Pero no es su posición natural.
José Peseiro también se decanta por esta decisión, aunque hasta ahora solo en discurso porque no ha tenido contacto con el grupo en una cancha.
Rolf Feltscher, Bernardo Añor y más recientemente Luis Mago no han sido la solución para una posición que ha dado muchos dolores de cabeza.
Es cierto que no siempre Cichero tenía partidos brillantes, pero era un defensor que ofrecía proyección por la banda y buena marca en la defensa.
Al momento de la convocatoria ya se sabía que iba a ser el dueño del carril izquierdo. Alguna lesión suya o molestia activaba cualquier alerta en el cuerpo técnico y empezaba el rompecabezas.
Tampoco tuvo un comienzo como lateral izquierdo, pero una vez que comenzó a jugar en esa posición no la soltó jamás, por lo menos no en la Vinotinto.
Un fijo
Cichero en toda su carrera disputó 70 encuentros con la selección nacional. Su cénit, al igual que muchos de sus compañeros de generación, fue la Copa América de Argentina en 2011.
Más aún para él. Ese gol suyo contra Chile en los cuartos de final permitió meterse entre los mejores cuatro y le volvió a abrir las puertas del fútbol europeo.
Ese fue uno de los cuatro goles que marcó, los otros tres fueron en amistoso, pero ese único en duelos oficiales tiene una gran trascendencia.
Con Richard Páez tuvo su debut en el combinado nacional, pero fue con César Farías con quien logró consolidarse.
No se escapó de la polémica
Cichero siempre se caracterizó por ser un tipo frontal y hasta polémico en cierto punto. No se mordía la lengua para dar una declaración picante o decir “verdades”.
En Francia, cuando jugaba con Lens en la Liga 2, vivió un episodio para el olvido, cuando se vio envuelto en una pelea con un directivo de Bastia que lo increpó y tuvo que pasar la noche detenido.
Después de ello salió del club, volvió a Venezuela con Caracas FC, pero años después regresó a ese país en una grata experiencia con Nantes al lograr el ascenso.
La nueva etapa de Gabriel Cichero
Tras migrar a España, Cichero comenzó a jugar en equipos de la Tercera División: Hospitalet, Lorca y UA Horta. Después de varias experiencias decidió colgar los botines.
Ahora se va a dedicar de lleno a su emprendimiento, Creating Winners, una agencia que quiere trabajar todos los aspectos de un atleta profesional, desde lo físico hasta lo psicológico.
Mientras tanto, la selección nacional sigue padeciendo por un lateral izquierdo que ofrezca solvencias en ambas áreas.