
La que debía ser una semana bien cargada de expectativa por la disputa de una edición más del Clásico Táchira – Caracas en San Cristóbal, hoy es un clamor por las deudas que sostienen los equipos con planteles y trabajadores. Una tras otra, las denuncias públicas no solo opacan la disputa del partido más atractivo del calendario del fútbol nacional, sino que prenden las alarmas acerca de la realidad financiera inocultable del torneo.
Han sido días duros en lo personal. He puesto mi empeño siempre en impulsar lo positivo de nuestro fútbol, pero no se puede hacer la vista gorda de la realidad de lo que está pasando porque no solo es el hecho de que no se le pague a quien trabaja, sino todo lo que eso representa en la catarata de efectos negativos. Un fútbol que crece no puede seguir retrocediendo así.
Miércoles. Desde la Liga FUTVE hemos puesto el empeño en darle al Clásico esa importancia que merece un partido de este calibre y todo lo que hay alrededor: Táchira está en zona de clasificación a Libertadores y le saca cuatro puntos a Caracas, lo que quiere decir que el duelo del viernes no es solo por esa rivalidad intrínseca, sino que si el aurinegro derrota al rojo, el equipo de Stifano sufriría un durísimo golpe de cara a sus aspiraciones de entrar en el G4. Ganar es casi una obligación para el visitante.

Ilich Suárez, nuestro productor, junto con el equipo técnico han preparado animaciones muy atractivas para la transmisión con futbolistas de ambos equipos como protagonistas. El duelo irá por TV abierta y por suscripción, además de la acostumbrada plataforma internacional de GOLTV. Nadie entonces se lo va a perder y en medio de la crisis de deudas que golpean a nuestro fútbol, prioridad de atención, obviamente, no podemos descuidar un espectáculo que captura y gana seguidores para nuestro fútbol.
Hace cuatro años que no venía a San Cristóbal. Vine a narrar para la TV. Demasiado tiempo lejos de esta ciudad de tanto fútbol. En cuatro años el aeropuerto Buenaventura Vivas de Santo Domingo no cambió en nada: sigue siendo la misma semi correa, el mismo calor, la misma falta de planificación (llegaron dos vuelos a la vez en un sitio sin aire acondicionado para retirar las maletas). Un auténtico infierno.
Rodamos hacia San Cristóbal y las lluvias han afectado seriamente el tramo que va desde el aeropuerto hasta la ciudad. Siempre he creído que se ganará un premio mundial de arquitectura a quien encuentre la alternativa vial a este trayecto que milagrosamente no se lo ha tragado el Uribante por completo.
Ya en San Cristóbal. Hay gasolina en las estaciones, sin aquellas filas indescriptibles de vehículos. Eso sí, todas a precio internacional. Se respira, como siempre, fútbol. En la esquina del semáforo del Obelisco, donde están los bomberos, un barra recoge dinero para viajar a Ecuador a acompañar a Táchira en su duelo de vuelta por Cuartos de Final de la Copa Sudamericana.
Y es que esa clasificación a cuartos eliminando nada menos que a Santos le ha cambiado el santo a Álex Pallarés, técnico aurinegro: “Hace una semana no podía salir a la calle porque en todo lado lo puteaban; desde entonces lo adoran, todos lo abrazan”, me dice alguien muy cercano al español.

Asistimos a la reunión de seguridad para el clásico. Comandada por el General (R) Gilberto Velasco, todo está en orden para que todo fluya de la mejor manera en la logística del partido. Se garantiza la llegada de la barra del Caracas a San Cristóbal con el debido acompañamiento de seguridad. Se nota que los organismos de aquí ya tienen experiencia en el tema y el plan de seguridad se activa inmediatamente el jueves 27 desde el arribo de Caracas al aeropuerto de Santo Domingo.
Luego, subimos a la Cancha Alterna de Pueblo Nuevo a ver el entrenamiento de Táchira, a puertas abiertas para el público. Un aguacero descomunal y repentino bañó al grupo mientras entrenaba. El grupo fuerte de la barra Avalancha Sur estuvo presente para alentar a los suyos: “Porque este viernes, tenemos que ganaaaar”, era la frase donde más se afincaban en el cántico. Ver a los niños abordar a sus ídolos para tener una foto y un recuerdo, es algo que yo extrañaba demasiado. Esta tierra es futbolera hasta los tuétanos.

Andrés Paz, aquel mítico central de, para mí, el mejor Táchira de todos los tiempos, nos dio la cola hasta el hotel donde nos hospedamos. Quien hoy forma parte del cuerpo técnico atigrado, tan grande fue como jugador y hoy es tan servicial como persona. Un ídolo en todo.
Almorzamos a las 8:00 pm. No hubo tiempo en el día para hacerlo.
Se respira Clásico. Vienen varios autobuses desde la Capital y aquí dicen que a la fecha se han vendido 12 mil entradas para el choque. Ojalá tengamos un hermoso ambiente y la seguridad de que la atención se centre exclusivamente en lo que pasa en la cancha.
Veamos qué nos depara el jueves, pinta bonito.