
Muchos de los que hemos tenido la posibilidad de optar por un título universitario en algún momento de nuestra vida, tenemos muy presente que el orden contextual para poder desarrollar el mismo inicia siempre desde lo macro (universal) para luego pasar a lo meso (general) y posteriormente finalizar en lo micro (particular) lo cual viene a constituir como tal el proyecto que pretendemos presentar. De esta manera, según se nos ha enseñado, podríamos con esas investigaciones (o proyectos) resolver lo planteado y le propondríamos al universo sapiente una solución más a ese problema que pretendemos resolver.
Pues bien, en nuestro contexto balompédico particular y para no variar con lo especial que se dan muchas cosas en nuestro país, el orden de esta dinámica no sería posible de esta forma; creemos que sería exactamente como dice el título de este artículo, al revés.
¿Por qué no serviría ir de lo macro a lo micro, pensarán algunos, si esa es la manera lógica de resolver problemas y presentar proyectos de envergadura en el mundo?
Pues, porque debemos partir de nuestra realidad: un futve maquillado y aún embrionario que necesita pulir muchos aspectos con el tiempo, canchas en muy mal estado, asociaciones deportivas olvidadas, problemas salariales interclubes, técnicos no respetados, financiamientos con procedencia desconocida, pocas captaciones de talentos, desorganización gerencial… y pare usted de contar. Esta realidad, amigo lector, es nuestro Micro.

Una vez asumidos en nuestra realidad y con notorios avances en la misma es que podríamos pensar migrar a un nivel Meso. ¿Cuál sería este? Simple: correctas y cada vez más aceptables presentaciones de nuestros clubes en contextos de copas internacionales (sin mencionar que lo ideal sería algún dia campeonar en las mismas); además de la aparición de más y mejores jugadores y técnicos venezolanos en el contexto internacional como consecuencia natural de un nivel micro ya superado. Cuando ud vea que esto ocurre, amigo lector, estaríamos en nuestro Meso.
Y, por último, ¿cuál sería nuestro nivel Macro, pensarán ustedes? Pues nada más y nada menos que la consolidación de una selección nacional de mayores (en todas sus categorías, así como la femenil) que nos represente y nos identifique; donde los éxitos no sean festejos temporales por la victoria de un partido sino que se conviertan en el pan nuestro de cada día de toda la afición; producto de un futbol base de calidad desarrollado por extraordinarios intérpretes.
Así, como cuando nuestros tutores nos dicen que hemos cumplido con los pasos exitosos para la presentación de nuestro proyecto y su defensa, es casi imposible no asegurar que nuestro futbol no sólo aprobará (y probará) su mejoría sino además, seguros estamos que alcanzaremos mención honorífica, de color vinotinto.