
Twitter Venezuela cayó en una absurda pelea y diatriba luego de la final Táchira-Caracas: Si el béisbol por fin había sucumbido en popularidad ante el balompié criollo. El baremo fue la Plaza de los Estadios de la Universidad Central de Venezuela: En el Universitario, el último Magallanes-Caracas de la ronda regular metió casi 6 mil personas, mientras que la final única del balompié criollo, alcanzó las 15 mil.
Aunque la comparación pelota-balompié tiene muchas aristas y necesita un estudio más profundo, hay que partir de algo: en otra época, cualquier Caracas-Magallanes hubiese eclipsado la final de nuestro fútbol y esta vez, no fue así. La final única en el Olímpico fue el desembocadero de un año de trabajo arduo de parte de la Liga Futve en difusión y mercadeo.

También con sus aristas, hay un hecho importante para destacar: Esta final tuvo más plataformas para ser transmitida que las que tendrá el desenlace del béisbol. Desde el Olímpico se emitió para Tves, Meridiano, Venevisión, GolTV (stream y canal) y Star +, la novedosa plataforma de streaming de ESPN. Cinco pantallas, tres de señal abierta. En la pelota, por los momentos, se verá en cuatro: en TLT, Simple TV-Directv Sports, ByM e IVC. Todos, canales por suscripción.
Insistimos: no queremos enfrentar un deporte con el otro. Pero sí es importante comparar el alcance del fútbol en este año, que anteriormente no existía. Y el deber de la directiva nacional y de los clubes, es para 2022, capitalizar ese éxito en cuanto a imagen y difusión.
Y ojo, cuando nos referimos a capitalizar, no solo es monetizar. Si no, atraer afición al espectáculo del fútbol nacional, crear una mayor masa social seguidora en el país, afianzar al “Futve” como un deporte a seguir. Y que con los años, en la zonas donde no tenía arraigo, sea un elemento que pase de generación en generación.
Sin basura bajo la alfombra
Un poco más del 95% de los partidos fueron televisados en este formato especial de 2021, dividido por regiones y en gran parte, a puerta cerrada por la pandemia. Sin embargo, hay que corregir, sin meter la basura bajo la alfombra, para que en 2022 las nuevas audiencias se puedan enamorar del producto.
Primero, la puesta en escena. Hay muchos terrenos de juego que están en mal estado y varios estadios que necesitan un retoque. Aparte, como el público ha vuelto al estadio, es importante que la experiencia del fanático sea tan satisfactoria, que valga la pena la inversión (transporte, comida, tiempo) en ir a la cancha que verlo por la televisión.
El tema de la experiencia en la cancha es un tema pendiente en muchos lugares: no pocas directivas de equipos deben pensar en que la gente no solo va al estadio a ver un juego de fútbol. Hace falta más para sacar a las personas de sus casas, en especial, en la situación actual del país.

Aparte, las estructuras de los clubes deben mejorar. No se pueden sentar en la misma mesa clubes que están al día, que invierten en cantera, infraestructura y marketing, con otros, llenos de deudas, opacos, oscuros. Quizás, con la aplicación correcta de la Licencia de Clubes, pudiera haber una reducción de equipos que no cumplan con los parámetros de un espectáculo de calidad.
El arbitraje también quedó a deber en buen tramo de la temporada. Es urgente reorganizar el tema arbitral en el país. Se ha prometido el ingreso del VAR más temprano que tarde. Es algo que realmente ayudaría a impulsar la justicia futbolera.
Y el mismo público debe poner de su parte. La violencia aleja a la familia del espectáculo. Es inconcebible que después de casi dos temporadas sin público, al retornar la afición en el hexagonal final, aparecieran hechos de violencia. Aparte, de que los equipos deben reforzar su seguridad, los mismos seguidores del balompié criollo deben poner de su parte para hacer crecer el fútbol que quieren.
Por lo pronto, el cierre de 2021 deja sensaciones esperanzadoras para avanzar en los años que están por venir. Queda de todas las partes seguir construyendo el fútbol que queremos.